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Pintando Catedrales

Pintando Catedrales Solo a ellos se le podría haber ocurrido estrellarse en ese pequeño planeta. Maldita sea, con lo que habían llegado ha hacer y ahí estaban atrapados. Al menos estaban vivos, aunque eso ya era tan repetitivo. Siempre de una manera o otra acababan estando vivos. El viento soplaba mientras que ellos esperaban mirando al cielo, apoyados en al nave estrellada, sin poder pensar en nada.

Una luz atravesó una de las nubes bajas sobre sus cabezas y por fin estaban de nuevo en la nave nodriza, en una sala realizando de nuevo sus clases. No sabía por que estaba precisamente ahora dando clases de arte. En un principio por que acababa de suspender el examen. El individual le había ido bien, de eso estaba seguro, pero algo tenía que haber ido mal cuando dibujo la catedral. Lo que era mas difícil de entender era por que Thomas había suspendido también. Ahí estaba, a su lado mirando al techo como mas o menos hacia el.

No sabia aun bien por que habían acabado juntos, inseparables pasando por tantas cosas. El primer día que lo vio no sintió que fueran ni a ser amigos, pero al final resultaron inseparables. No se lo planteaban, pero acababan metidos en las mismas cosas, la ultima ese capricho de ir a tomarse unas cervezas al espacio, a disfrutar de un nuevo disco que había salido. Nunca se habían dicho amigos, solo eran colegas, sin ninguna obligación, cualquiera podía seguir el camino que quisiese sin dar explicaciones, eso estaba bien.

Había trazado con toda la delicadeza las líneas perfectas de la catedral, marcando cada detalle en el papel, cada detalle esfumado con las palomas que la sobrevolaban. Había captado el mejor momento de las nubes y lo había plasmado de la mejor forma que podía, mucho mejor de lo que el mismo esperaba. Los reflejos le habían quedado perfectos y realizando uso suaves trazados, que dominaba aunque desconocía como explicarlo en un sitio que no fuera el papel, parecía que hasta el viento soplara en el papel. Había realizado un terminado perfecto y lo único que lamentaba era deshacerse del boceto. Sin embargo, ahí estaba de nuevo, sin duda por viejas manías…y eso que no sabían quienes eran.

Unos soldados se precipitaron rápidamente en la sala un momento antes de que una explosión hiciera caerse el techo. No lo pensó antes de conseguir esconderse debajo de una mesa aunque un pedazo del techo le chafo y le dejo inmóvil pro un momento. De alguna forma Thomas había conseguido mantenerse de pie y por la pistola que sostenía en su mano atento. Esto le resultaba común y decidió que pro ahora lo mejor para sus interese era quedarse ahí esperando.

Tras el primer alboroto producido por la entrada de los militares y la siguiente explosión todo parecía estar demasiado calmado, y en cierta forma demasiado vació, claro que debajo de los hierros tenían que estar muchos cuerpos inertes. Thomas había encontrado uno de los de los militares y tras enfundarse en su traje había huido pro las escaleras. Bueno, eso era una ventaja pues ya no había nadie de pie que llamase la atención, pero espero a que el repicar metálico de sus pasos se perdió en una gran cantidad de pasos que empezaron resonar pro todas partes.

La nave parecía haber vuelto a la vida y por los palos que llevaban unas mujeres que llego a ver como se deslizaban pro la pasarela, todo quedaba bastante aclarado, estaban buscándolos de nuevo. Se levanto rápidamente y se deslizo hasta un pasillo por el que se deslizo cautelosamente escondiéndose para dejar pasar los grupos que venían, avisando sus pasos a lo lejos. “Los destroza mundos están aquí, tenemos que atraparlos y deshacernos de ellos.” “Es el fin.” Bueno, en verdad no eran tan malos, pero no era cuestión de intentar dar explicaciones. La pena es que le había cogido cariño a esa ciudad, pero ya era obvio que tendrían que irse.

Al final del pasillo salio a al cúpula central, donde se encontraba el corazón de la ciudad, con la catedral y sus edificios al estilo de la tierra. Las nubes se dibujaban en lo alto sobre el fondo de estrellas azuladas por la iluminación que daba la cúpula. Después de todo era de día. Se escondió tras unas cajas y observo esa recreación pero que después de todo le recordaba inmensamente a la tierra. Por un momento podía sentir que el viento que le acariciaba el pelo provenía de bosques lejanos o de altas montañas, que había acariciado el mar o nacido en el desierto…suspiro antes de pensar que no solo de sinceridad vivía el hombre.

Había una montaña que se elevaba a unos dos kilómetros, cerca del puerto y de la zona de motores, por ahí podrían escapar y sin duda Thomas ya estaría allí. Por la plaza grupos iban de arriba abajo, sin duda buscándolos, iba a tardar demasiado en ir si intentaba ir al aire libre, pero era un capricho que siempre le gustaba. Se deslizo a una esquina y cuando volvió a mirar un grupo de tres chavales se acercaban hacia el disimuladamente. Sabía que le habían visto, pero su manera de acercarse parecía no querer delatarle. O había recompensa, o no eran hostiles. Lo que le extrañaba era como le habían podido pillar tan rápidamente, tenia que haber algún engaño.

To be continued.

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