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El árbol del lago

El árbol del lago En lo más profundo del bosque, rodeadado de árboles que se perdían en el horizonte, vivía una chica con un lago. El lago le daba compañía, los animales del bosque alimento, las estrellas sueños, no sabía ni deseaba nada más. Los ciervos le traían frutos y ella cantaba para ellos, lo lobos venían a verla con ojos cariñosos y ella les abrazaba. A veces, interrumpían su canto con los ciervos los lobos y éstos parecían sonreir a los ciervos, ella esperaba a que se colocaran junto a ellos y seguía cantando. Cuando nadaba en el lago, éste la acompañaba y le daba todo su cariño.

Su cabello era del color del de los ciervos, que presumían de habérselo dado, sus ojos profundos como el de los lobos, que siempre decían que era una de ellos y su piel blanca como las piedras del lago, que siempre cantaban a los que se acercaban a beber que eran sus madres. Pero el lago, siempre les decía que ella era hija de las estrellas y del bosque y que él la había visto nacer encima de él, que era el único lugar del bosque donde las estrellas entraban en su corazón. Ella no sabía lo que era el tiempo por que en ese rincón del bosque el lago lo había parado para ella, los árboles siempre eran verdes y las hojas nunca caían. No sabía lo que era el frío porque éste nunca venía. No sabía lo que era la lluvia porque el cielo nunca quería que ella pensase que lloraba. No sabía lo que era el viento, porque éstos nunca cruzaban el lago para no perturbarla. Ella nunca se habia alejado del lago, nunca se alejaba de su orilla. Las únicas que cambiaban eran las estrellas, que danzaban en el cielo para poder verla en el lago.

Pero un día, una pequeña brisa se perdió y entró en el lago y le onduló dulcemente los cabellos cuando estaba cantando con los cievos y los lobos. Acarició dulcemente su oído y le dijo unas palabras que no eran ni de las estrellas, ni de los animales, ni del bosque ni del lago, "ven conmigo." Dejó de cantar y los ciervos la miraron asustados y los lobos sorprendidos. ¿Qué era esa voz?, ¿qué era eso que había acariciado sus cabellos?, ¿de dónde venía éso que transmitía esas palabras? Por primera vez miró el horizonte de árboles y se preguntó qué había más allá. Estuvo mirando durante un instante y no supo qué hacer. "Lago, ¿qué hay más allá de los árboles?" El lago dudó por un momento y le dijo con su voz calmada y armoniosa, "la vida." Ella lo miró soprendida, "¿qué es la vida?" Esta vez el lago no tardó en responder, "es la pérdida y el encuentro."

Ella no consiguió comprenderlo, pero supo que no podría hacerlo si no lo veía, así que por primera vez se empezó a alejar del lago y adentrarse en el bosque. Los ciervos se pusieron en su camino y los lobos le dijeron al oído, "no vayas, quédate con nosotros. Pero ella tenía que saber qué era la vida, así que esquivando a los ciervos se adentró un poco entre los árboles. Apenas había dado unos pasos cuando notó que las hojas de los árboles cambiaban de color y una pequeña hoja cayó enfrente suya. "Lago, ¿qué le pasa a los árboles?" y el algo le respondió al oído como siempre hacía "el tiempo, que hace que las cosas cambien."

Siguió caminando y vio que los árboles se teñían de unos colores y tonos que ella nunca había visto en ellos y las hojas caían hasta formar una alfombra en el suelo. Dio unos pasos más y vio que delante suya, las hoja se movían dando vueltas sin que nadie las tocara, cada vez más cerca de ella hasta que notó cómo algo la acariciaba y movía las hojas a su alrededor. "Lago ésto es lo que sentí antes, ¿qué es?" y el lago le explicó esta vez "es el viento, que viaja por todo el mundo."

Volvió a reemprender su camino hacia los árboles mientras notaba cómo el viento jugaba y danzaba a su alrededor. Cuando una suave gota cayó sobre ella. Alzó la cabeza y vio cómo el cielo estaba lleno de nubes oscuras y el agua caía del mismo, mojándola y quitando las últimas hojas de los árboles. Se sintió muy triste porque el cielo estaba llorando y se agachó al lado de un árbol para intentar cubrirse de las lágrimas del cielo. "Lago, ¿por qué llora el cielo?" y el lago le dijo calmándola, "No llora el cielo, es el agua como la de mi lago, que viaja en las nubes para repartirse por todo el mundo con la lluvia."

Más aliviada volvió a caminar bajo el agua alegre al sentir que estaba acompañada por la misma agua del lago y con el viento danzando a su alrededor. Hasta que dejó de llover y empezaron a caer del cielo unas partículas blancas que se derretían al tocarlas y que pronto cubrieron todo de un manto blanco. Entonces sintió una estraña sensación que la hizo temblar y se volvió a acurrucar junto a un árbol para intentar que esa sensación pasara. Alzó la vista y vio que todos los árboles extendían ahora sus desnudas manos al cielo. "Lago, ¿qué les está pasando a los árboles y qué me pasa a mí?, ¿por qué el agua se volvió blanca y sólida?" y esta vez el lago le dejó caer sobre los hombros un abrigo que la consoló antes de responderle "es el frío, que convierte el agua en nieve y te hace temblar, el frío que es el fin del movimiento del bosque y que hace que los árboles se quiten sus hojas para dormir y alcen sus manos al cielo pidiéndole calor."

Se acurrucó en su abrigo hasta sentir que la sangre volvía a moverse por sus venas y esta vez antes de dirigirse de nuevo fuera del bosque se volvió para darle las gracias al lago y lo vio sólido como nunca lo había pasado. Se preocupó y fue corriendo hacia el lago para ver qué le pasaba. Pero cuando volvió a la orilla vio sorprendida cómo todos los ciervos y los lobos habían desparecido menos uno de cada. Pero el ciervo estaba tendido en el suelo con los ojos cerrados y una herida mucho más grande en el cuello de la que ella nunca había visto de dónde salía la misma sangre que manchaba la boca de un lobo que la miraba con ojos serios. Se acercó al ciervo e intentó levantarlo pero no pudo. "Lago, ¿por qué no se despierta el ciervo?" y el lago le dijo con voz triste pensando en el ciervo "Porque está muerto, que es como se está cuando no tienen vida"

La chica no entendió que significaba no tener vida, porque aún no sabía lo que era la vida, así que le preguntó preocupada al lago "¿pero qué es la vida?" y el lago le contestó intentando recuperar su armonía habitual "la vida es todo lo que has visto más todo lo que conocías, la vida es la pérdida y el encuentro" Entonces ella sintió una pena como no había sentido nunca y al mirar al lobo éste le miró con ojos perdidos y se alejó de ella. No entendió qué le pasaba pero sintió ganas de sentirse abrazada por el lago pero como estaba solidificado andó hasta el centro del lago, cayó de rodillas y lo abrazó. Entoces hizo lo que había visto hacer a los ciervos cuando se sentían tristes y dejaban escapar su tristeza en forma de lágrimas y éstas empezaron a rodar por su mejilla y cayeron en el lago.

Entonces de repente notó que el viento la rodeaba y la nieve, el agua y hojas volaban a su alrededor y no la dejabn moverse, vio cómo a su alrededor la luz y la oscuridad se alternaban rápidamente, cómo los árboles hacían nuevas hojas que volvían a perder y vio preocupada cómo el lago empezaba a desaparecer. Asustada cerró los ojos y sintió cómo todo pasaba a su alrededor hasta que finalmente el viento la dejó en el suelo y donde antes estaba el lago, sólo había hierba y un gran árbol en el medio. La luz de la luna iluminaba la escena y todo parecía ser como antes, sólo que el lago no estaba. Entonces gritó: "¡lago!, ¡lago!, ¿dónde estás?" Se acercó corriendo al árbol y abrazada a él volvió a llorar.

Lloró y volvió a llamar al lago una y otra vez hasta que la suave voz de la luna le susurró al oído por entre las ramas del árbol "el lago se fue con tus lágrimas y en su lugar dejó este árbol para que siempre que vuelvas lo recuerdes" Se alejó del árbol y alzó sus húmedos ojos al cielo y le dijo a la luna "¿por qué recordar cuando puedo estar junto a él siempre?" y la luna le respondió, sonriéndole para intentar calmarla "porque la vida es pérdida y encuentro. Tú has elegido la vida con tu corazón y ya nunca más podrás volver al lago." Al escuchar ésto la chica cayó al suelo y volvió a llorar pensando en lo que había abandonado. Pero entonces, otra brisa despistada volvió a acariciar su pelo y a susurrarle al oído "ven conmigo."

Se levantó y volvió a dirigirse a los árboles, dejando atrás el árbol del lago y siguiendo a su corazón con una gran tristeza. Entonces las estrellas le dijeron cantando para consolarla "no te preocupes, nosotras siempre estaremos en el cielo para recordar a tu corazón, que existe un lugar sin tiempo, sin viento, sin lluvia, sin frío y sin muerte. Un lugar con un lago." Y ella volvió a sonreir y se adentró en los árboles siguiendo a su corazón, siguiendo a esa brisa perdida y dedicándole una última mirada al árbol del lago.

"Ven conmigo a la vida, ven a la pérdida y al encuentro.""

2 comentarios

Wilmar Santos -

Exelente texto!, estas son las cosas que me gustan de la vida!, y tu manera de escribir es exelente!!!, me encantu tu web y ya te has ganado a un lector aferrimo! n_n muchisimos animos!!!

Leuke Selene -

esto sencillamente es estupendo!! magnifico.. no encuentro para describirlo nii-san ^^
me encanta! y veo tu esencia en ellos Enhorabuena!
Q feliz soy de conocer al autor de estas hermosas palabras un abrazo grande..
tu hermanita lejana ^^