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aluete

Pintando catedrales Again

Se quedo esperando que ellos llegaran donde estaba el, mas por curiosidad de ver sus intenciones que por no sentirse capaz de despistarlos. Cuando estuvieron cerca de el se abalanzaron de una forma tan burda que hizo que durante un instante se olvidara de que los tenia a su lado para fijarse que no hubieran llamado la atención y empezar alguna acción evasiva.

- No cruzamos antes con Thomas y nos dijo que aparecerías por ahí, el ya tiene que estar en la montaña.- Dijo el que tenia mas cerca mirándole embobado mientras los otros dos le miraban bobaliconamente.
- ¿Y que se supone que sois vosotros?- Dijo procurando no mirar a ninguno.
-Vamos a escaparnos con vosotros, queremos ser de los vuestros.- Siempre había grupos de idiotas así en todas partes.
- Perfecto, ¿y como llegamos a la montaña?- Aprovecharse de ellos solía ser lo mas útil.
- Por aquí, por los desagües, no es muy limpio, pero será efectivo.-

En efecto no era muy limpio, ni hubiera sido su plan, pero como ya lo habían hecho ellos, no tenia por que esforzarse en buscar uno. Caminaban en fila india, intentando ser discretos y haciendo un ruido de chapoteo estrepitoso. El los seguía a cierta distancia intentando ver todas las salidas. Pensaba en dejarlos seguir con su juego y en que si alguien los pillaba seria útil que se entretuviera con esos tres.

Las cloacas siempre eran muy parecidas, era lo mas común entre todas las ciudades, imitando los modelos útiles de la tierra, pero en estas no había ratas y la falta de sus chillidos y correteos, le daban un aspecto demasiado muerto y incomodo. Por fin parecieron llegar a la salida deseada y se colocaron como ellos pensaban que se colocaría el comando, adelantándose uno de ellos y retrasándose otro, mientras que un tercero le indico la salida.

- Es esta.- Le dijo tan bajito que casi no pudo oírlo por los chapoteos de sus compañeros.
- Sube tu primero.- Pensó que una salida en el bosque estaría bastante llena de arena y que prefería que se le cayese encima a el.

Subió rápidamente y abrió la compuerta sin pensárselo mucho, casi sin darle tiempo de apartarse y dejar caer la arena que dejo al individuo lleno de arena. Se rió tranquilamente mientras que el chico intentaba estornudar, limpiarse los ojos y no caerse a la vez. “Sal de una vez gilipollas”, pensó mientras que subía las escaleras y se paraba para esperar a que se decidiera a salir.

Cuando por fin pudo salir se localizo rápidamente. Estaba justo en la ladera y de una mirada pudo diferenciar a Thomas en el lugar exacto, que le saludo desde arriba. Espero a que salieran los tres para decirles que se quedaran ahí vigilando y entonces empezó a subir a donde estaba Thomas. Mientras subía se había preguntado por que Thomas le había esperado ahí y no en el hangar, pero al llegar lo entendió rápidamente. La tierra se había movido y la entrada al hangar estaba tapada. Por un lado estaba bien, por que si seguía así es que no se usaba y nos e contaba con ella, por otro lado no el apetecía excavar.

- Wasaaaaaaaaaaa.- Las costumbres, eran las costumbres.
- Wasaaaaaaaaaaaaaaa.- Le respondió Thomas mientras que le ofrecía una cerveza. Si había podido hacer con ella, es que había seguido otro camino.
- ¿Has venido por las cloacas?-
- He pasado de pensar otra forma.-
- Ya contaba con ello.-
- ¿Habrá que cavar?-
- Contaba con que cavasen esos.- Dijo mientras lanzaba una mirada hacia abajo.
- Yo contaba con dejarlos tirados ahí abajo.-
- Bueno, ahora creo que ya no va ha haber esa posibilidad.- Los chavales subían a toda prisa por la ladera ostensiblemente asustados.
- ¡Gente!, ¡viene gente por las cloacas!-
- ¡Cavar aquí!-

Obedecieron tan rápidamente que daba gusto verles sacar tierra con las manos. Con una mirada basto para que el y Thomas se pusieran a prepara unas sorpresas un poco mas arriba. A continuación echaron una ojeada a una multitud de gente que salía de la cloaca armados con palos, hasta que aparecieron con rifles y tuvieron que agacharse.

-¿Os queda mucho?- Les dijo mientras que cogia la pistola que le ofrecía Thomas para pegar un par de tiros.
- ¡Ya esta, ya esta!- Gritaron mas o menos todos a la vez mientras que con gran esfuerzo abrían la entrada al hangar.

Rápidamente fueron a activar las bombas entrando sin perder un segundo por la compuerta. Los chavales le siguieron rápidamente y les siguieron de cerca hasta que un par de explosiones resonó a sus espaldas, lo que les hizo pararse. Thomas y el siguieron hasta el hangar y en una ojeada eligieron una nave y se fueron rápidamente hacia ella.

La verdad es que esta ciudad le gustaba por que había gran confianza, la nave abierta, sin más bloqueo que unos simples anclajes que saltaban al encender la nave. Como la última vez había pilotado Thomas, se sentó directamente en el asiento del copiloto y el se sentó en el del piloto. Empezaba a activar la nave cuando sintió a los chavales entrando en ella.

- ¡Lo conseguimos!, ¡nos vamos!- Dijeron mientras que empezaban a acomodarse.
- Chicos, alguien tiene que quitar los anclajes para despegar.- Les dijo Thomas como si fuera verdad. Uno de los chavales salio corriendo a quitarlos.
- Necesitara ayuda, tenemos prisa.- Los otros dos fueron detrás.
- ¿No me apetece hacer de niñera, ¿a ti?- Dijo Thomas mientras se recostaba sin esperar contestación.

Activo la nave y tras el rápido cierre de la nave despego, esperando al menos no achicharrar a ninguno de los pardillos, que después de todo, no le habían hecho ningún mal. La oscuridad del espacio rápidamente les rodeo y la ciudad se perdió en la distancia. La pena fue, no saber como se suponía que se tenia que dibujar la catedral en esa perra ciudad.

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