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Adulto

Adulto

Hay cosas, que no necesitas vivirlas para saber exactamente como son. Bueno, puedes decir que ahora lo sabes mejor, pero la cuestión es que sabias que lo detestabas y lo detestas, lo detestas con todo tu corazón. ¿Cómo me he podido dejar encerrar así? Ya me lo vi este verano, tenia la esperanza de que las cosas fueran a mejor, bueno, en verdad no, pero yo me decía que si.

Ha sido mucho peor. Ha sido muchísimo peor. Si hubiese estado todo el año metido debajo de una piedra, estaría mejor que ahora, que curioso, ¿no? Esa enorme sensación de derrota se me hace insoportable. Sobretodo, por que no es lo único que tengo que soportar.

No recordaba estar tan ciego, pero las calles, difusas cobran mas encanto. Hoy no quería hablar, ayer, no me terminaba de gustar la situación, pero deseaba que durara eternamente. Yo, tenía muchas cosas, lo sabia y las perdí. Y no tengo la capacidad de dejar tirado a nadie, no sin que medie culpa o falta, tal vez ni con eso, maldita moral.

Lo he pensado muchas veces, un día te levantas tan tranquilo y por la tarde tienes a tu cargo a cuatro personas. Y curiosamente, las únicas dos de esas que de veras me gustan, están a seiscientos kilómetros. Yo, tengo que cargar con los dos adultos y no los soporto. Otra vez, todo el día encerrado en la habitación. Fue fantástico durante dos semanas, pero ya se acabo todo.

Y será difícil que mejore, muy costoso al menos. Lo peor es saber que no vale la pena tanto esfuerzo y tener que hacerlo. No dirigir nada. Me pone de los nervios que me manden nada, me cabrea horrores y no hago más que recibir órdenes. Toda la responsabilidad encima mía y me tratan como a un pelele.  

Pasan lo días como exhalaciones, me asusta ver el calendario. No hay nada que recordar, nada que haya hecho por mi, nada que me guste, nada que al mirarlo no desee olvidar. Y me siento muy patético quejándome del peso del mundo, pensando que no puedo más cada día. En el fondo siento que deambulo todo el tiempo haciendo las cosas sin fuerza ninguna. Ahora que había pensado que no tenía demasiadas, se me carga de muchas mas cosas de las que puedo asumir.

Si al menos me gustase, si al menos fuese algo que quisiese hacer podría esforzarme mas. ¿Pero como esforzarte en algo que solo debes hacer? ¿Será esto lo que hace adulta a la gente? Es algo que me asusta, no quiero acostumbrarme a esto, pero me veo pasando el tiempo y estando igual, por una cosa u otra, todo el mundo termina atrapado.

No quiero, no soporto esa idea. Yo intento conocer a la gente, pero a medida que voy creciendo me van cayendo peor. Bueno, no es caer o no, es simple repulsión. No termino de asimilar miles de cosas, miles de cosas que la gente hace, obligada, como yo. ¿Y si no pudiera salir? ¿Terminaría convertido en lo que tanto odio?

Hasta resulta que ahora tengo ganas de querer a una chica, querer que no amar. Y suena tan normal, tan común que me repulsa horrores. ¿Cómo aceptar esas cosas? Yo no las quiero, ¿es mi culpa que aparezcan ahí? Estoy tan cansado de pruebas, estoy tan cansado de todo. Me gustaría hablar  a la vida a la cara y decirle que se vaya  tomar por culo.  Me importa una mierda lo que pase, no quiero cambiar, no quiero tener la capacidad de asimilar estas cosas, me niego.

Al final, resulta mas agradable pensar que estas mal por que no quieres estar bien, por que no quieres cambiar. Es lo de siempre, supongo. La soledad, es mucho más sencilla, supongo. Es complicado luchar con el mundo cuando no estas dispuesto a aprender nada. No quiero ser un adulto y ni siquiera quiero tratar con ellos. No contéis conmigo. Es lo que me gustaría poder decirles y que les quedase bien claro. No soy uno de vosotros, yo soy de otro sitio, de otro planeta, olvidaros de mi por favor. Sino fueran mi familia pero claro, yo soy tan familiar. Pero la verdad, me gustaría poder decirles que no.

Que mal, me siento otra vez atrapado. De todas formas, no es verdad. Yo se que no es verdad. No se por que, me siento menos idiota al sentir que lo hago por estar obligado que si pienso que lo hago por que quiero. Supongo que todo tiene que ver, pero yo se bien que decidiré en su momento. Tanto adulto estupido, me había hecho olvidarlo. No quiero, no quiero ser uno de ellos. No serviría de nada sacrificarme por ellos, no seria yo el que lo haría, después de todo, seria un yo adulto, un yo muy distinto, que posiblemente me caería mal y quien, particularmente, no me hace la menor ilusión que se sienta bien.

Después de todo, la base para no ser adulto es pensar precisamente eso, no sirve de nada que cambies para estar bien, no serás tú, tú habrás desaparecido. Es mejor estar mal que desaparecer, bendito miedo a la muerte. La lluvia caía ligera, prácticamente imperceptible,  reflejando, con su lento caer, la luz de las farolas. Cualquiera diría que era nieve lo que nos regalaba el cielo. La piedra húmeda soportaba nuestros pasos, mas preocupada posiblemente en soportar el peso de la historia, alzada en monumentos y murallas en nuestro entorno. Que curioso devenir el de una piedra, observando como se eleva a su alrededor una ciudad, antaño llena de vida, hoy llena de visitas extrañas. Y se redondea como para dejar pasar el tiempo mas rápidamente, el tiempo del declive, el tiempo de ser inútil y ser observado. Cualquiera al pasear por esas calles se siente inundado por sentimientos muy lejanos. Lejanos e idealizados, que no hace una vida, que será capaz de hacer unas cuantas generaciones. No fueron mejores las personas que pisaron nunca esas piedras, no fueron mejores sus ideas ni sus pensamientos. Pero solo somos un suspiro sobre esa piedra, esa piedra que se olvida de la historia para sentir algo más agradable, esa lluvia ligera, como si el cielo nos regalara unas lagrimas. 

1 comentario

amiga -

por muy pequeñas que sean las piedras, todas y cada una son imprescindibles hasta que se desvanecen tras gastar su materia. Los "suspiros" son quienes dan y quitan esa importancia y las piedras las que rien los errores de esos suspiros lanzados sin importancia.