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aluete

Las cosas sin destino

Circulan sin querer, por alguna calle, y aparecen cuando menos te lo esperas. Disimuladamente, sin que te des cuenta, están ahí. Cuanto tiempo tienes que andar sin rumbo para encontrarlas, no lo se. Pero se acumulan, sin que sepas que son, sin que de alguna forma, llegue a importarte. El problema es que pierdes el control y de repente, empiezas a ser demasiado natural. Ya no hay futuro, ya no hay nada más que esas cosas que te llevan sin querer.

Tal vez eres tú, el que las pone. El tú que deambula por ahí es ese que aparece. Y todos los proyectos parecen tuyos, sin que los hayas llegado a pensar. Están ahí, como extraños dentro de ti y la verdad es que no sabes ya quien es el que es el que esta fuera de lugar. ¿No es tuyo lo que haces inconscientemente? Tal vez si o tal vez no, pero la verdad es que no tienes tiempo para pensarlo.

Todo es en si muy poco importante, nada relevante, pero es como parece tiene que ser. Al dormir te das cuenta de que esto no es lo que querías, que todo parece ir como no deseas que vaya. Aunque es una impresión extraña, resulta fruto de una dirección marcada por ti. El resultado de decidir pasar por donde no querías, para llegar a donde deseas. ¿A cuantas cosas estas renunciando? Supongo que a ninguna, no soy yo, es una nave que he mandado que pasara, pero es un fastidio asomarse por las ventanas.

Apetece mucho llegar y que todo consiga tener sentido, no en el entendimiento, sino en el corazón. Sin embargo, parece que tengo más paciencia de la que esperaba. En si no veía capaz ni de permitir a estas cosas existir y sin embargo pero ahí están, en mi mundo, aunque no en el mundo en el que estoy yo. Ya falta poco.

Dentro de poco podremos mirar atrás y ver el resultado de tanto esfuerzo. Ahora resulta imposible ver con los ojos del corazón lo que solo ha decidido la cabeza. El problema es que todo ha ido muy deprisa, no me he podido adaptar o tal vez es que simplemente es algo a lo que no me quiero adaptar, algo que solo quiero pasar, con cosas sin sentido, cosas que no dudaran y que no quiero tener.

Pequeñas y esperando pillarte descuidado, esperan sigilosas a solucionar lo que no quieres solucionar, a adaptarte a lo que no quieres vivir, a ayudarte a superar lo que no quieres enfrentar. Ellas quieren seguir adelante, sin pensar a donde van, tal vez por casualidad nos hemos cruzado, pero ahora el que espera soy yo y cuando haya llegado, ellas se tendrán que volver a marchar. Que vuelvan al lugar donde se empeñan en crearlas y que recorran las calles, buscando otras victimas. Tal vez una de ellas me captura, la maldita utilidad.

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