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aluete

¿Dónde vas?

¿Dónde vas? Iba aumentando en intensidad, sin dejar de perder en rudeza e incapaz de emitir un solo sonido distinguible de otro cuando la carreta paso justo rozándole, apartándote al barro. Una mirada como de enfado y algunos insultos acompañados de rugidos fue lo siguiente que percibiste tras el barro bajo tus pies. Curioso que el que se enfade sea el, ¿no crees? Estos campos de trigo son tan monótonos, preciosos un instante, pesados rápidamente, insufribles al final. ¿Por eso habías perdido la noción de tu existencia? Deberías tener más cuidado la última vez, pero que mas dará, no es que pudieras ensuciarte mucho mas tras tanto andar. Pero piensa que podría ser peor, podría estar todo seco y llenándote los ojos de polvo, no hay cosa buena en estos caminos.

 Un árbol solitario, como anunciando la compañía y una pequeña gaviota o una grande volando muy alto. ¿A que altura vuelan las gaviotas? No tiene que ser a mucha, por que las que recuerdas no son muy grandes. Bueno, si a eso le sumamos un cambio en el aroma del ambiente, sin duda detrás de esa colina se encuentra el final del camino.

Esos destellos siempre resultan eclipsadotes. El mar, el horizonte sin fin, da mucho que pensar, muchas sensaciones a la vez, atenuadas por el cansancio, estos caminos son horribles. Eso no es casi ni un pueblo, parece mas bien que solo sea un puerto, simplemente eso. No se divisa ninguno edificio remarcable más que el del mismo muelle y la casa de postas.

Un curioso sitio atravesado por un camino paralelo a la costa y al que se llega también por nuestra estupida ruta. ¿Exactamente de donde venimos? De todas formas, estos edificios no parecen ser muy duraderos, ni siquiera muy cuidados. Parece que en verdad este mas bien abandonado, pero no en ruina. Por tu sorpresa diría que esperabas ver a alguien por aquí, a mi la verdad es que me sorprende ver solo esto.

Siempre te gusta acercarte directamente al mar, el sonido de los tablones resulta fantástico tras tanta tierra y el sonido del mar batiendo bajo tus pies hechizante. Entonces la percepción te descubre una nueva trampa, esta ahí, delante de ti, con el viento azuzando las velas como si lo hubiera estado haciendo todo el tiempo.

Parece muy pequeño, pero aun así se diría con la capacidad de ir muy lejos. ¿Una voz?, ¿eso era una voz? Ahí esta otra vez, intenta escuchar. “Disculpe, ¿a dónde vamos?” Esa pregunta te estaba rondando a ti, pero no te atrevías a formularla. Suelta al menos una sonrisa socarrona, gana tiempo. Intenta situarte, mira otra vez el barco. ¿Es ella? Esta ahí, mirándote, como si supiera que no sabes nada y estuviese diciéndotelo todo.

Un momento, ya se a donde vas, vas con ella. Se aleja hacia la rampa, como esperando que le sigas, pues para eso estamos aquí. Es más grande una vez dentro. Se acerca, se lanza a tus brazos. Son muchas mas sensaciones que las que pueda dar el mar. El aroma, parece no haber nada más que su aroma.

La costa esta muy lejos ahora. Ni te habías dado cuenta, sin saber como ya no esta en tus brazos. Aunque por fin todo parece estar mas claro, pero ciertamente, no parecen poseer más importancia los detalles. Solo importan esos ojos y esa suave voz que llega a tus oídos, “¿A dónde vamos?”

- Nos vamos princesa.-

No sabes donde ni como, no entiendes cuando ni por que, pero bueno, los detalles a veces carecen de importancia. El sol esta perdido en su claridad, el mar en sus olas, las estrellas en su cielo, las personas en sus vidas, pero de todas formas, vamos a ese lugar. Al que no conocemos, al que no nos espera, a ese sitio juntos, ¿que más darán los detalles?

1 comentario

Amiga -

Si me preguntasen por un momento de libertad para el alma, diria "por un momento lo encontre en el dulce abrazo del mar"